Cumbre del clima en el salón de casa, ustedes leyendo esto, Marcelino sentado en una silla y esperando a Marciana, que trae malos humos. Presten atención porque, al entrar, Marciana va a mostrar una reacción de susto. Fruto de la impresión repentina, comenzará de pronto a rechistar, pero Marcelino, como siempre, no dirá ni mu. Mantengan la calma, es la importancia del fenómeno la que justifica esta nuestra reunión.
Ahora, silencio.
—Uy. Sálveme-el-señor. Virgen-mía-qué-susto.
—…
—¡Marcelino! No te quedes ahí parado. Me marcho a la mierda, Marciana, esas fueron tus palabras.
—…
—Total, ya te he dicho que no.
—…
—Desde luego: qué insistente, ahí, sin decir nada.
—…
—Que me da igual lo que digas, pero tú ahondando.