Ayer descubrí repentinamente que era casi feliz sin Álex Azkona y al momento traté de calcular cuantos posts me separaban de mi sensación completa de felicidad. Concluí que uno.
Hoy vengo a contarles que a los reseñistas la palabra reseñista les parece en apariencia muy técnica. Tampoco les gusta prescriptor. Francesc Bon, por ejemplo, prefiere crítico. Crítico le resulta perfecta. Define el gusto de despacharse a gusto. Da sentido a leer.
Otro tonto. Ya son dos.