No sé si te llegará porque soy canija y con poca fuerza, pero te mando un abrazo enorme, Mauricio. Salúdame al staff, a los curritos de la Casa Rosada, a las de los mostradores, a los stewards and stewardesses, a los argentinos y uruguayos sobrevenidos, a los de La Cámpora, al amigo H., a Esteban Bullrich y también a su querida esposa, maravillosa esta última, sobra decir.
Por favor, respeta el biomas de la patria. Recuerda mi política: gobierno, limpieza, inspección, reparación y ensayo de soberanía, célula de soberanía, motor soberano, ventilador (componente o accesorio). Usa sobre el terreno métodos, técnicas y prácticas aceptables para la Dirección General de Sucesos, siempre de acuerdo con los datos técnicos aprobados por la Oficina de Intereses o, en el caso, amoldados para esta.
Aumenta el ánimo de los empleados y las condiciones de los empleadores, canaliza las prospecciones, vende barato y, sobre todo, si ves un chiquito, llora. Que la gente suspire. Nada en el mundo nos gusta menos que un revuelo, pero ciertos actos públicos resultan necesarios. Total, las lágrimas son un líquido producido por el proceso corporal de lagrimación, nos sirven para limpiar y lubricar el ojo e intervienen también en la óptica ocular y en el normal funcionamiento de la visión periférica y de sus estructuras.
Esto último igual no lo entiendes, pero yo te lo explico, Mauricio. Las estructuras periféricas son importantes, pero verlas con visión, aún más. Hagamos juntos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares, dejemos el país como está. Cuando la patria se encuentra en peligro todo está permitido, excepto no defenderla.
Ánimo, para los hombres de coraje se inventaron las gestas.
Cariños, Cristina.
10 comentarios
Tu obsesión con la Argentina me pone los pelos como escarpias.
Hombre, hacía dos años que no decía nada, mujer.
Oiga, ¿cómo que aquí no quedamos?
¡Milagro!
Me gusta cuando opinas sin saber, ¡parece que sabes!
¿Cómo vas con Las interpretaciones? Las 150 páginas del primer capítulo eran increíbles, a la mierda Gadis y Franzen: Lazkano.
Perdón, Azkona, jejeje.
Nos vemos el domingo, te guardo lo de siempre.
La «desvelación» de secretos literarios es un delito narrativo que pone en riesgo el encanto de nuestra amistad, Marcial. Solo te falta contar que me guardas La Nación, El Correo, La Provincia y el ABC de cuando Torcuato Luca era de Tena. Mamón.
Sí que quedamos… ofendiendo al pedo, el tipo.
Perdón es una palabra que no es nada pero que lleva dentro semillas de milagros, Germán.
Muy original, esta vez no has utilizado el español rioplatense, pero queda bien. A ver cuando hablas de tus últimos premios, Azcona.
Gracias Z. No está bien hablar de sucesos, el camino es largo.